18 de octubre de 2007

URGENCIA

estos dedos escriben palabras necias
con la misma urgencia que apagaron tu sed

8 de octubre de 2007

Jorge Renderos, cantautor por la paz

“Viví la injusticia en carne propia, por eso escribo así”

Acaso por haber sido víctima de la injusticia en muchas ocasiones, Jorge Renderos se rebela una y otra vez ante ella. Originario de San Salvador, El Salvador, reside en los Estados Unidos desde hace muchos años, donde persiste en su interminable lucha para tratar de abrir ventanas a otros artistas salvadoreños y apoyarlos en su crecimiento.

Un luchador social
Además de ejercer el oficio de cantautor, Renderos es miembro de organizaciones humanitarias tales como Artistas en Solidaridad con el Pueblo de El Salvador (ASPES), el Centro Hispano Cuscatlán (donde trabaja en defensa de los derechos de los inmigrantes), la Red Nacional Salvadoreño-Americana (SANN, según su sigla en inglés), (Carecen) y (NALAC), una red que agrupa a entidades de Sudamérica, Centroamérica y el Caribe.

Todas estas instituciones enfocan sus esfuerzos en el mejoramiento de las condiciones de vida de muchos necesitados. Y desde ellas, el artista pone su música al servicio de causas que manifiestan su compromiso con las problemáticas sociales de su gente: con ese afán ha sido invitado a participar como cantautor en España y varios países de América Latina, además de recorrer los escenarios de muchas ciudades de los Estados Unidos. “También me complace estar presente o acompañar las diferentes marchas por la dignidad del inmigrante que se realizan los Estados Unidos”, asegura Renderos. “Recientemente, participé en el III Foro Social de Inmigrantes que se llevó a cabo en Michoacán, México”, reveló el entrevistado. El eje temático del encuentro –organizado por NALAC- fue la problemática actual de la inmigración, con el fin de elaborar estrategias de trabajo que conlleven a mejorar la situación de quienes buscan un mejor destino lejos de las fronteras de sus países. "Nos estamos uniendo, no sólo los centroamericanos sino muchas personas de diferentes nacionalidades; somos un bloque unido en la lucha, hay gente capacitada y conectada con toda la temática de inmigración que se está dando en estos momentos", dijo.

Arte y compromiso
Tal vez porque su padre era mariachi, Renderos se relacionó con la música desde pequeño. “Cuando joven, siempre andaba dando serenatas por la ciudad. Mis amigos me buscaban para que les llevara serenata a las chicas, especialmente cuando los muchachos querían reconquistarlas”, recuerda con una sonrisa. Por aquellos días, su ‘éxito’ era la romántica interpretación de ‘Qué pasa entre los dos’. Sin embargo, desde sus inicios como autor, siempre escribió canciones con tono social. "Lo hice sin haber oído ninguna plática al respecto: vivía la injusticia en carne propia, por eso escribía –y escribo- así", explicó.

"No hay que ser extremadamente pobre para darse cuenta de que todos somos seres humanos, que sufrimos los mismos problemas en nuestro país; por eso decidí incorporarme al frente de lucha para denunciar las injusticias. Después de combatir durante la guerra y pasar mucho sufrimiento y persecuciones, decidí cambiar el fusil por una guitarra", aclaró.

A partir de ese momento, se convirtió en un artista que canta por la paz y confesó que se le “rompe el alma” cuando escucha noticias sobre las guerras, cuyo dolor –quedó dicho- sufrió en carne propia. “Yo fui capturado por los escuadrones de la muerte durante la guerra civil en El Salvador y estuve preso 27 días en una de las tantas cárceles clandestinas de esos tiempos; me torturaron y sufrí muchos daños físicos a causa de golpes y choques eléctricos. Al cabo de esos 27 días me llevaron a un basurero junto con 2 estudiantes y tres sindicalistas a los cuales asesinaron. Por milagro, fui el único sobreviviente”, relató.

Tales penurias lo llevaron a dejar su tierra. Emigró hacia Honduras, donde fue preso por indocumentado. En Guatemala fue torturado con la misma excusa. Se marchó entonces a México, a un pueblo en el estado de Sinaloa, donde lo hicieron trabajar sin sueldo cuando lo capturaron y advirtieron que era un inmigrante indocumentado. Después lo deportaron y, en cuanto pudo, emigró hacia los Estados Unidos. Corría 1985. En la actualidad, Renderos reparte su tiempo entre la música, su compromiso humanitario y el Teatro Experimental Yerbabruja. El año pasado conoció a Margarita Espada, fundadora y directora de grupo teatral, quien le presentó su trabajo y lo motivó a sumarse a su equipo. Dos de sus canciones se usaron en la obra Broken Identities, que trata sobre las dificultades que encuentran los inmigrantes en los Estados Unidos: la discriminación, la barrera del lenguaje y la migración. A pesar de ello, la música de Renderos lleva un mensaje de paz y esperanza: "Un mundo mejor es posible si los seres humanos tratáramos de entendernos humanamente en lugar de causarnos dolor. Debemos aprender a compartir alegrías”, concluyó.

Texto y Fotografía por Karla Coreas