17 de noviembre de 2006

Llanto, risa y sonrisas


Para A.J.
a modo de explicación

En verdad que estoy jodida
me río en los momentos menos pensados
cuando estoy nerviosa y amándote
y cuando lloro me pides que por favor no lo haga
ahora me río de lo ingenua que soy
y lloro de haber quedado mal
si me río me preguntas por qué
y no puedo responder
y si lloro me preguntas también por qué
y no quiero responder
me río cuando gozo y cuando estoy nerviosa

le sonrío a la vida y ella ni se fija
qué confusión
en esos momentos de amor
entre risas y gemidos acabo llorando
que no es burla ni sufrimiento, debes comprenderlo
así digo que me entrego
me has dado a probar un poco la felicidad
sonrío cuando te pienso
río cuando nos amamos


8/6/05 KC®

28 de septiembre de 2006

esa pared...

Mis paredes están llenas de recuerdos, hasta con manchas de café que alguna vez derramé; manchas que cuentan la historia de mi deseo por mantenerme despierta, así escribirle al poeta lo soñado, para cantarle una serenata en papel o para contemplar el sueño profundo de mi hija. Mis paredes tienen ojos bellos que me miran con malicia, con coqueteo y con ternura y hasta con reclamo. La puerta de mi habitación es la entrada a mi mundo más íntimo. La puerta de mi habitación, asimismo, es mágica, se entra a un mundo de sueños pendientes y de otros tantos realizados, hay palabras por todos lados. En estas cuatro paredes cuelgo mi pasión, mi fe, mis ilusiones y mi amor. Por la ventana veo la luna, los pinos, a mi sobrino ser feliz. Por mi ventana veo el mundo tranquilo que me rodea. Parece un cuadro surrealista y me doy la vuelta, es que otros merecen esta paz, entonces tengo que denunciar, hablar, escribir, fotografiar... no me puedo quedar contemplando a través de la ventana que vivo en un lugar sano y tranquilo y que el mejor refugio esta entre estas cuatro paredes, con esa ventana: una fotografía natural; con la puerta de brazos abiertos; con mis paredes sonriendo; con sabanas bond blanco decoradas en Times New Roman, con comas, tildes y muchos signos de interrogación. Mis paredes se entretienen pero también sufren pensando como hacer para que yo regrese animada del mundo de afuera y deje de verlas con cara angustiada, sintiéndome impotente cuando me entero que hay más violencia en mi tierra, que hay mucha muerte en el mundo entero, que hay niños con hambre. Es aquí, entre estas cuatro paredes, que me refugio para luego salir por esa puerta (abierta siempre) cargada de energía, convencida que se puede ser feliz, no obstante hay que seguir luchando por ese gran sueño de que todo niño pueda sonreír.